Todos los arreos que nuestros padres se llevaban a la playa cuando éramos pequeños
Ya estamos de casi de lleno metidos en el verano y con el calor, quien pueda, lo que apetece es ir a la playa, a pesar de toda la parafernalia que conlleva.
Todos recordamos aquellas peregrinaciones en familia y nunca faltaban una serie de complementos sin los que era imprescindible para pasar un largo domingo en familia. Desde el viaje en coche que nos llegábamos a meter como 8 en un Renault4 hasta que se cogía sitio en la arena, prácticamente todos llevábamos las mismas cosas.
Hoy nos vamos a dar una ración de nostalgia, y para ello vamos repasar todo aquello que llevaban nuestros padres a la playa para que les dejáramos tranquilos mientras ellos estaban liado con la parrilla.
Que precios los de antes y que ricos estaban los helados, estábamos todo el día pidiendo dinero a nuestros padres para pillarnos uno tras otro, mi preferido el frigo dedo, por 100 pesetas me comía cuatro.
¿Quién no tenia un balón de playa de Nivea? Era el «novamas». Quien tenía uno de estos en su poder era el rey de la playa, no se de donde salían estos balones, pero todos teníamos uno.
Madre mía que peligro, pocos nos ahogamos con este artilugio que flotaba mas de la cuenta, de una manera o de otra cumplía su función y todos aprendíamos a nadar con el.
Como iban a faltar este tipo de cintas en la guantera del coche de nuestro padre, camino de la playa nos ponía los chites de Eugenio o una cinta de los chicos, no sabia diferenciar cual era peor de las dos.
La nevera de la playa de esa época era los mejor, nuestras madres las llenaban de tortilla, filetes empanados, coca cola fresquita, mirada o Kas Naranja, todo el espacio restante era para las cervezas y vino de nuestros padres.
Disco de playa Leche Ram
Al igual que el balón de playa de Nivea, no se como pero en todas las casas había un disco de playa de Leche Ram, supongo que se lo regalaría a nuestras madres, la dueña de la tienda de nuestro barrio, otra explicación no tiene….
Gracias a este artilugio casero cuando volvíamos de la playa los asientos del coche de nuestros padres no parecía el centro de la tierra a miles de grados de temperatura. Nunca un trozo de cartón aportó tanto a la humanidad.
¿Quién no tenia una? Con este accesorio ya nos metemos a principios de los 90’s, pero no podía faltar en la playa, ya que dentro de este peculiar accesorio se podía introducir lo más grande.
Como si no a escuchar nuestro padre y los largos goles de los locutores deportivos de esa época como Héctor de Mar.