Los drones ofrecen imágenes de un volcán en erupcioción que no se podrían ver con otros medios debido a las altas temperaturas de la lava y la erupción o de la peligrosidad que supone llegar hasta ese punto.
Un dron sobrevuela la colada hasta llegar al cráter. Una vez allí, llega a la columna de cenizas, humo y piroclastos, en ese momento sus sistemas empiezan a fallar y esta a apunto de caer al cráter.