Entre tanta restricción para parar la pandemia, llega una imagen esperanzadora desde un convento de Trujillo, en Cáceres. Son las monjas dominicas del monasterio de San Miguel, su orden es de clausura pero agradecen que las nuevas tecnologías les permitan comunicarse y han colgado un vídeo en una red social. Al ritmo de ‘Jerusalema’ aseguran que comparten el sufrimiento que está viviendo la humanidad e intentan animarnos, ahora que el mundo, dicen, parece haberse convertido en un gran claustro.