El sacerdote se encontraba en el púlpito recitando una oración, cuando el espontáneo logró situarse a su lado, de espaldas. En cuanto se giró al terminar el rezo, el hombre agarró el micrófono mientras el cura decía «no, no, no».
«Hola, soy Luis Enrique y soy la reencarnación de… de los…», fueron las únicas palabras que se pudieron escuchar, ya que el sacerdote reaccionó rápido y apagó el micrófono del púlpito antes de abandonar el altar y de que empezase a sonar la música del órgano.
Durante unos segundos más, el hombre continuó hablando para todos los feligreses con el micrófono cerrado hasta que finalmente se bajó por su propio pie del altar y se fue, ya que nadie le hacía caso 🙂
Otros Vídeos publicados que te harán reir 🙂 ….
Gertrudis y el Titi en La maquina de la verdad